Império da Tijuca

Sinopsis - RESUMEN

“La alegría no llega solo al hallazgo, sino que es parte del proceso de búsqueda. Y la enseñanza y el aprendizaje no pueden tener lugar fuera de la búsqueda, fuera de la belleza y la alegría…”
(Paulo Freire)

Las personas pueden cambiar el mundo, pero solo los libros pueden cambiar a las personas; porque es en la digitación de las “manchas” del papel que se puede construir un universo de cosas buenas. Que caigan los que siembran ignorancia para mantener su poder, y que viva siempre la esperanza y la voluntad de compartir el verdadero y justo saber.

Llamados caballeros de la educación, con libros en la mano y el estandarte de un nuevo mañana. Freire, Teixeira y Darcy se unen a la batalla con Mascellani, Arroyo y Florestan, dando paso a un poeta errante, Evando dos Santos, que hizo de su propio destino un símbolo de valentía, luchando por el simple derecho a leer y que hoy es la inspiración para el Carnaval del Imperio Tijuca.

En su Sergipe natal, Evandro vio de niño “al monstruo sin alma”, como una cuerda de Firmino Cabral. En el desenfreno de su vida, las orillas del líquido Congo, surgieron entre los juncos, acompañándolo en su obra. En el batir de sus alas, le robó la infancia al pequeño Zé Catraca, como se le conocía, y aún muy joven, vagabundo, migrante se hizo. Fueron las primeras quimeras en las que se batió a duelo.

Puso la esperanza de su familia y su propio camino en un Río. El muchacho, al que por el trabajo le fue impedido el derecho a la escuela, fue a encontrar en la fe el placer de la lectura, fue a encontrar en la Biblia la vocación de lucha, porque “el Señor es mi pastor, nada me faltará”. Con esas primeras frases que logró formar encontró una nueva trayectoria en las calles, a lo largo de cincuenta libros reinventó su propia historia. Entre lo perdido y lo encontrado, una colección construida: una máquina del conocimiento.

Se convirtió en maestro de nuevos sueños, fiel compañero de la literatura, se vistió con su armadura de hombre-libro y se hizo peregrino de la lectura. Construyó bibliotecas para un Brasil necesitado y continuó su arqueología de las calles, buscando donaciones y encontrando ejemplares perdidos como los que quedaron en la gran fuga “Real”.

La nobleza en retirada trajo sus colecciones a la colonia, pero parte de ella se perdió por los muelles y los mares. En tierras tupiniquín se construyó una verdadera biblioteca. Entre las misiones artísticas, la Imprenta Real y las primeras academias, la educación en esta tierra natal tendría otra perspectiva. Si en ascendencia y tradición se guió antes, pasó a construir la ciencia y tuvo como símbolo la figura del libro. En la tierra donde se encontraron el chamán, el santo y el orixá, llegó a estar entre ellos una Minerva.

Cuerpo científico, ganado; como literario, ganó espacio. Empezó a ser construido por su propia gente y conocido en todas partes, aunque su acceso era, cada día, menospreciado, categorizando a las personas por privilegios, construyendo un tipo de educación discriminada.

Traía los delirios de los autores extranjeros, era símbolo de las corrientes nativas de pensamientos, costumbres y visiones. Los libros que guiaron la vida de Evando ganaron tiras cómicas, veredas y corazones. Entre Shakespeare, Cervantes y Neruda se movió. De Vidas Severinas, Cortiços y Piamãs, quimeras literarias en un cuadrado reveladas. Pero, en las estrellas suburbanas de los cuentos, también está el camino para alcanzar la victoria, porque, como decía Tobías Barreto, “la vida es literatura y la lectura es lucha”.

Pero la educación no se trata sólo de libros. Se siente, se toca, se escucha y se toca a sí misma. A través de la música, Homem-Livro vio nuevas formas de enseñar, y esto también sucedió a través de la samba, que es el retrato mismo del saber popular. Y he aquí, su primer Imperio tenía, en sí mismo, la vocación educativa, exhibiendo el término en su pabellón y trayendo conocimiento a Morro da Formiga. Una escuela fue construida dentro de otra escuela, por las tropas de José do Patrocínio, durante ochenta años haciendo historia.

Si la samba es poesía que se balancea, la asociación es la que abraza el saber. En el barro de Vitalino, educó a través del arte; el Reino Independiente del Nordeste que la conciencia social luchó por tener. Trajo la religiosidad e hizo una procesión con un homenaje al santo guerrero en devoción; símbolo de la pluralidad cultural, se convirtió en el imperio Branzngola. Se coronó realizando un Batuk negro nacarado en la escuela. Haz de tu Utopía una proyección de futuro, con un mañana más seguro para quienes enseñan y aprenden, para que nuestro pueblo tenga la fuerza, los instrumentos y el valor para seguir adelante. Así que nos armamos de libros, nos deshacemos de las armas.

Hoy, el Imperio Tijuca hace de su samba un instrumento de conocimiento, una voz resonante, un estandarte de lucha, un océano de samba para un tsunami de educación, para que tantos otros hombres-libros unidos luchen por una nueva nación. Proponiendo un amplio acceso a la tecnología para el futuro, rompiendo las desigualdades educativas para que haya inclusión. Sostener un mañana más justo y plural, un docente valorado y el respeto a todas las disciplinas sin las “cortinas” de un poder elitista. Dando las bases para que cada guerrero tenga las armas del bien para vencer en la batalla de la vida. Que todo esto comience, alegre y colorido, bailando samba en la avenida, porque, como dijo Cora Coralina, “feliz es el que transfiere lo que sabe y aprende lo que enseña”.